“El Caballo” de Marta Minujín en el Hotel Savoy de Buenos Aires



Marta Minujín es una artista plástica argentina, conocida por sus o
bras vanguardistas producidas principalmente durante los años 1960, 1970 y 1980. Su obra, de carácter conceptual, pop, psicodélico y de acción, se ha convertido en el paradigma de la generación baby boomer que, en los años 1960, revolucionó las normas sociales preestablecidas y estableció una contracultura. Nació en Avellaneda. Habiendo vivido una infancia que ella misma ha descrito como "horrible", Minujín estudió Bellas artes en algunas escuelas nacionales sin recibirse.


Está casada hace más de 50 años con el mismo hombre. ¿En algún punto se ve conservadora?
“A todo el mundo le sorprende que esté casada con una misma persona. El amor lo busqué desde chiquita y lo encontré, después quise tener hijos, nietos, todo rápido, pasar esa faceta de persona normal para después dedicarme ciento por ciento al arte. Me hubiese sentido frustrada si no tenía hijos y si no me enamoraba de nadie también. En el fondo soy mujer, y en ese entonces, hace 50 años, ser mujer era mucho más mandato. Ahora me siento libre porque ya hice todo. Sigo con la misma persona porque nos llevamos bien y porque no tuve tiempo de ponerme a pensar en las relaciones interpersonales, mi libido está en el arte”.
“Él es economista. Compartimos la vida cotidiana. No tenemos amigos en común, no nos gusta lo mismo, las vacaciones sí las pasamos juntos. A los 16 años lo llevé al Sur, a un lugar donde no había nadie y le gustó”.
Me gusta leer muchísimo. Es una casa que heredé de mi familia. No hay luz, no hay internet. Me crié a caballo, hice vida salvaje. Si no voy me siento mal. Las montañas son obras de arte: tienen una dimensión impresionante, los lagos, la naturaleza, el viento. Una dimensión estética muy fuerte.
Últimamente tengo la teoría del canje, corrompo a la gente a través del arte. Le doy un cuadro a un hotel y voy a comer a ese hotel. Pinto un mural en un bar y tomo en ese bar. Es como vivir gratis. Hoteles en todas partes del mundo: el Waldorf Astoria, el Mondrian de Los Ángeles, en París. No sé cómo hago pero hablo con el dueño y lo convenzo, le doy la obra y se vuelven locos. Es valorizar más mi arte y lo de ellos. Les doy arte a cambio de habitaciones.

Será por eso que podemos observar esta hermosa obra de arte de Marta Minujin en la entrada del Hotel Savoy, ubicado en Callao 181 de la Ciudad de Buenos Aires, deleitarnos con su obra, admirarla por un instante, cada vez que uno pasa por este lugar.

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