El Senado de la Nación convirtió el miércoles 17 de
diciembre de 2014 en Ley, por unanimidad, un proyecto que promueve el
desarrollo humano integral de pequeños productores, comunidades campesinas e
indígenas y trabajadores de la agricultura familiar. La norma busca fortalecer
el desarrollo de un sector estratégico para la soberanía alimentaria del país.
La flamante Ley de la Agricultura familiar es el fruto de un
extenso trabajo entre el Ministerio de Agricultura y todas las entidades
representativas del sector. La misma declara de interés público a la
agricultura familiar "por su contribución a la seguridad y la soberanía
alimentaria del pueblo", al tiempo que se propone corregir disparidades en
el desarrollo regional mediante la reconversión económica y productiva.
Puntos destacados de la nueva Ley
*Acceso a la tierra
Menos del 20 por ciento de la superficie cultivable de
nuestro país está en manos de agricultores familiares. En este sentido, la
norma considera a la tierra como bien social y crea un banco de tierras para el
desarrollo de emprendimientos productivos que promuevan el arraigo rural, de
manera articulada con provincias y municipios.
*Suspensión de los
desalojos
La normativa busca dar protección legal a las familias que
poseen y trabajan la tierra desde hace décadas. Productores y productoras que
por carencia económica o falta de políticas públicas diferenciadas no lograron
la seguridad jurídica que por derecho merecen. En su artículo 19, suspende por
tres años los desalojos y genera una Comisión Nacional Permanente de
Regularización Dominial de la Tierra Rural. En este marco se evalúa cada
situación particular y se crean mecanismos para mensurar la tierra, un punto
fundamental en los procesos de titulación.
*Semillas nativas
Se funda, en el ámbito del Ministerio de Agricultura, el
Centro de producción de Semillas Nativas, con el objetivo de promover su
utilización, acopio, producción y comercialización. El organismo tendrá a su
cargo la tarea de promover la investigación y la preservación de estas
variedades que forman parte del proceso de selección realizado por pueblos
originarios, comunidades campesinas y pequeños agricultores.
*Desarrollo inclusivo
La Ley prevé la promoción de las ferias locales, zonales y
nacionales de la agricultura familiar para apoyar el contacto directo entre
productores y consumidores. También contempla políticas de infraestructura
rural y medidas tendientes a garantizar el acceso a la educación, la salud y
los servicios públicos esenciales en las comunidades. Además, prioriza la
investigación productiva para el desarrollo de los pequeños productores en
conjunto con universidades y escuelas de educación agraria. Su organismo de
aplicación será el Ministerio de Agricultura, con participación del Consejo de
la Agricultura familiar, Campesino e Indígena.
*Financiamiento
El 15 de diciembre, el Ministerio de Agricultura convocó a
la tercera reunión del Consejo de la Agricultura Familiar, ámbito creado por la
Resolución 571. Allí se manifestó el compromiso de trabajar de inmediato en la
reglamentación de la Ley, con especial énfasis en la cuestión presupuestaria,
pautada en 1.500 millones de pesos.
*Una ley histórica
Cerramos 2014, el Año Internacional de la Agricultura
Familiar, con la aprobación de una Ley que ampliará derechos en el interior
profundo de nuestro país. Con esta herramienta, desandamos décadas de
invisibilidad de un sector estratégico, que se potenciará con apoyo firme del
Estado nacional y podrá hacer un importante aporte al abastecimiento de
alimentos sanos a la mesa de los argentinos. La norma permitirá avanzar en la
consolidación de un modelo agrario más nacional, popular e inclusivo,
sustentable en términos económicos, pero al mismo tiempo en términos sociales y
ambientales.
*El sector en cifras
La agricultura familiar representa el 20 por ciento del PBI
del sector agropecuario nacional, el 20 por ciento de tierras productivas y el
27 por ciento del valor de la producción. Comprende 30,9 millones de hectáreas
totales y el 65 por ciento del total de productores. La actividad constituye el
53 por ciento del empleo rural.
Comienza una nueva etapa, reconstruir la producción
argentina de alimentos. A partir de ahora, el precio lo va a poner el productor
en función del consumidor. Va a ser beneficioso para todos los argentinos, la
ley tiende a correr del eje principal de negociación a las grandes cadenas que
eran las que fijaban los precios.
Estas grandes cadenas son actores principales que no
producen ni consumen, pero están en el medio poniéndoles un valor siempre bajo
a los productores y precios siempre alto a los consumidores, con lo cual
consiguen altos márgenes rentabilidad sin hacer nada. La nueva Ley los corre de
su rol de formadores de precios y aún sin decirlo tratar de eliminarlas.
Consideramos que esta nueva Ley traerá un cambio cultural en
lo productivo, porque a partir de ahora se va a ir tomando conciencia sobre la
importancia de producir alimentos sanos y naturales, pero también de preservar
el aire, la tierra y el agua.
En las últimas décadas, desde los '70, y especialmente en
los '90, el país estuvo absorbido por el sistema de los agronegocios, pero ahora
comienza un trabajo importante de adaptar la producción de alimentos a las
necesidades del productor y del consumidor, con el objetivo de avanzar hacia la
soberanía agroalimentaria.
Para los productores va a significar trabajar en función de lo
propio y no depender de los mercados, que en los últimos años fueron los que
pusieron el precio a los alimentos agrícolas.
Con esta Ley habrá una democratización de la producción de
alimentos, que dejará de concentrase en pocas manos, como en los últimos
tiempos, lo que llevó a despoblar las tierras fértiles en la Argentina, sin
darles utilización productiva alguna.
Texto completo de la Ley de Agricultura Familiar:
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