Murió Eduardo Galeano


Si hay libro que se lee y relee, que se subraya y marca es “Las venas abiertas de América Latina” ó “El libro de los abrazos” por eso nos hunde en la tristeza saber de su fallecimiento en Montevideo, su ciudad natal, a los 74 años.
Galeano, escritor y periodista, es conocido por su forma poética de opinión, donde explora el pasado y la historia con mirada antropológica.
Eduardo Germán María Hughes Galeano nació el 3 de setiembre de 1940. Comenzó a trabajar en los medios gráficos a fines de los años 50 siendo un adolescente.
Paradójicamente se inició como dibujante bajo el seudónimo de Gius, la pronunciación de su primer apellido.
Pese a que, formó parte de una familia de clase alta y católica de ascendencia italiana, española, galesa y alemana, siempre fue un militante de izquierda independiente.
Era un connotado hincha del fútbol y en particular del Club Nacional de Fútbol.
De este fanatismo surge su obra “El fútbol a sol y sombra” (donde plasmó su pasión por ese deporte), Espejos y Patas arriba.
la editorial Siglo XXI, el mes próximo saldrá a la venta Mujeres, una antología sobre todo lo que sobre mujeres escribió Galeano, cuya publicación estaba prevista hacía tiempo y que se presentará en la Feria del Libro.
Por otro lado, Galeano dejó terminado un libro, pero, a diferencia de lo que había trascendido, no había dado la orden de que se publicara después de su muerte. Hasta el momento, se desconoce cuándo estará disponible.

Al inicio de los convulsionados años setenta, publicó su libro “Las venas abiertas de América Latina” (1971) con su visión histórica de un continente empobrecido y castigado. El texto recorrió el mundo, aunque fue censurado en la región durante esa década. Traducido a una veintena de idiomas, el libro intenta -según palabras del propio Galeano- "explorar la historia para impulsar a hacerla".
El golpe de Estado de 1973 lo obligó a abandonar su país y siguió su militancia periodístico-política en Buenos Aires, con la revista Crisis. Aquí, además, se casó por tercera vez, con Helena Villagra. Después del golpe de Estado de 1976 en la Argentina, el escritor debió volver a hacer sus valijas y voló hacia España. Allí vivió hasta 1985, cuando volvió a su Uruguay natal, ya en democracia, fundó el semanario Brecha y publicó otro fenómeno literario, “Memoria del fuego” que es una trilogía publicada entre 1982 y 1986. Se compone de los títulos Los nacimientos, Las caras y las máscaras y El siglo del viento. La trilogía cuenta la historia de América Latina, desde la creación del mundo hasta nuestros días. Cada tomo está ordenado cronológicamente:
Los nacimientos: desde la creación del mundo hasta el siglo XVII.
Las caras y las máscaras: siglos XVIII y XIX.
El siglo del viento: siglo XX.
El texto se compone de una sucesión de pequeños relatos, de tamaño inferior a una página. Los relatos están redactados en prosa, alguno de ellos en prosa poética:

"Antes, los vientos soplaban sin cesar sobre la isla de Vancouver.
No existía el buen tiempo ni había marea baja.
Los hombres decidieron matar a los vientos." Eduardo Galeano

Los Nacimientos: Todos los pasajes contienen citaciones hacia libros académicos de historia que referencian los hechos que se narran, aunque la trilogía no pretende ser un tratado de historia. El texto relata por igual los hechos históricos y las leyendas latinoamericanas, sin distinguir lo cierto de lo falso, por lo que su pretensión es ser un ejemplo escrito de la tradición oral de los pueblos latinoamericanos.

En 2010, Galeano recibió el prestigioso premio Stig Dagerman en Suecia y en 2013, el Premio Alba de las letras. En la Argentina, fue homenajeado con el Doctorado Honoris Causa en la Universidad Nacional de Cuyo (2008) y en la Universidad de Buenos Aires (2009). También recibió la distinción Deodoro Roca de la Federación Universitaria de Buenos Aires "por ser un ejemplo para la juventud latinoamericana" en 2011.

La mejor forma de recordar a este maestro de la literatura es de la pluma de su poesía:

“No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados.
 Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la gargantaEduardo Galeano

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