Es difícil la tarea de pensar en un saludo y augurios de
felicidad, en medio de una crisis energética como las que se vive en estos días en Argentina.
Las pruebas a sortear parecen ponerse en el camino una y
otra vez, la plata que no alcanza, el calor que nos agobia y para colmo los
cortes de luz que atemorizan a damnificados y vecinos ante la posibilidad de convertirse
en los nuevos afectados.
Tras un año de arduo trabajo, sacrificando tiempo en
estudio, viajando de un lado a otro para cumplir con las responsabilidades lo
mínimo que pretendemos todos es llegar a estos últimos días celebrar en
familia, prepararnos para las vacaciones y esperar pasar las fiestas sin problemas.
Pero lejos esta la felicidad soñada de esta preciada
realidad de lo que se vive en estos días con vecinos que cortan calles, prenden
fuego, cacerolean en las esquinas y someten a plagio camionetas de reparaciones
de Edesur y Edenor, es que han perdido la confianza le han quitado la confianza
y así desquiciados se someten a protestas interminables con un estribillo constante en sus bocas uno,
dos cuatro, quince días sin luz. Falta de previsión, de mantenimiento, abandono
del estado y los gobiernos regionales, cada uno de ellos tiene sus culpas que
tendrán que redimir delante de Dios.
Pero pongamos el mayor optimismo, tal vez en enero, en
este nuevo año que arranca se reviertan las necesidades por nuevos logros, los
deterioros por salud espiritual, la mala sangre por salud, los fracasos por éxitos,
los impedimentos por sueños cumplidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario