La mayor frecuencia de tormentas eléctricas en nuestro país
llevó a que en los últimos años se incrementara la venta de pararrayos. Así lo
indicaron fabricantes e instaladores "Mientras que en 2005 vendí 1100
pararrayos, en 2013 las ventas estuvieron por encima de las 2900
unidades", detalló Cristián Bacigaluppi, director de Bacigaluppi
Electrónica y Comunicaciones. Además, algo que provoca que haya más consultas y
compradores es que, en provincias donde antes no se daban este tipo de
fenómenos de la naturaleza, como Neuquén, "ahora son cada vez más
frecuentes", según señaló Ricardo Grunauer, ingeniero eléctrico y dueño de
la firma Instelec.
Ángel Reyna, presidente de la Comisión de Protección Contra
la Descarga Eléctrica Atmosférica de la Asociación Electrotécnica Argentina,
prevé que las ventas crecerán en los próximos años porque, además de la mayor
cantidad de tormentas -y a propósito de ellas- ahora se exige que haya
pararrayos en lugares abiertos, que antes no eran tenidos en cuenta.
En la Argentina, las empresas del rubro no llegan a diez y
se calcula que el mercado mueve cerca de 2 millones de dólares anuales.
Hechos recientes como las caídas de rayos en Villa Gesell y
Mar del Plata (en el primer caso con consecuencias trágicas) llevaron a un
incremento de las consultas. "El 80% de los llamados para asesoramiento se
produce luego de una tormenta eléctrica y cuando hay un mal ya causado",
señala Bacigaluppi.
La mayoría de los vendedores manifestaron que, en el caso de
las playas, con la instalación de un pararrayos no se evitarían los accidentes.
"La única solución es irse de la playa cuando se desatan las tormentas
eléctricas", dijo Raúl Palla, gerente de Landtec.
Para las viviendas, son pocos los especialistas que
aconsejan instalar un pararrayos, salvo que se encuentren ubicadas "en el
medio del campo" o a una altura considerable, donde sea necesario tener
una protección contra la caída directa de un rayo y sus efectos electromagnéticos.
Esto hace que los principales compradores de pararrayos no
sean clientes particulares, sino del sector industrial. Las empresas los
adquieren para evitar que se quemen sus maquinarias. "En especial, hay
clientes en la rama de la comunicación, que cuenta con equipos costosos que se
desea proteger", explicó Juan Zabala de la firma Juan R. Zabala &
Asociados. También son demandados para la colocación en lugares donde se
concentra mucha gente, como un estadio de fútbol, un shopping o una escuela. O
para edificaciones que tienen riesgo de explosión, como una estación de GNC o
un depósito de pirotecnia.
En el mercado existen dos tipos de pararrayos. Por un lado,
los pasivos, también conocidos como Punta Franklin, y por otro, los activos.
Éstos "son una versión un poquito mejorada de los pasivos", explicó
Reyna, ya que cuentan con un radio de cobertura que es de prácticamente el
doble.
Los pararrayos pasivos, que cubren un área equivalente a la
altura de sus puntas, son los más económicos y populares del mercado. Su valor
ronda los $ 400, por lo que, como explicó Hugo Di Giano, de Facbsa, "su
costo es ínfimo en relación con la instalación".
Al precio del pararrayos hay que agregarle los valores del
mástil, soporte, sistema equipotencial, cable de bajada, sistema de puesta a
tierra, entre otros. Y sumar también los costos de mano de obra, tanto de la
instalación como de hacer los cálculos correspondientes.
Tener un pararrayos en una casa puede tener un costo que va
de los $ 10.000 a los $ 20.000; todo depende de la obra que deba hacerse para
instalarlo y de qué tan alto se lo ubique. Como explica Bacigaluppi, la línea
de bajada se hace con cobre, que cuesta unos $ 60 el metro, por lo que cuanto
más alto se haga la instalación, más caro será el valor final.
En el caso de los pararrayos activos, explicó Bacigaluppi,
como su radio de cobertura es mayor que la de los pasivos, se precisa una menor
cantidad de materiales para proteger una misma área, por lo que, si bien
cuestan $ 4000 más IVA cada uno, puede resultar más económico el costo de la
obra. Según los cálculos del director de Bacigaluppi Electrónica y
Comunicaciones, el valor promedio para tener un pararrayos activo en una casa
particular ronda los $ 10.000 mientras que para un edificio puede alcanzar los
$ 20.000.
En el caso de un pararrayos pasivo para un edificio, los
precios pueden ser hasta cinco veces más altos que para una casa. Mientras que
en una estación de GNC el valor oscila entre $ 90.000 y $ 130.000, para
cualquier tipo de pararrayos.
Para las industrias, en cambio, los costos son mucho más
elevados. En algunos casos, pueden alcanzar los US$ 250.000.
Datos y contactos
Juan R Zabala &
Asoc Pararrayos – Mediciones
Paso 3142, Lomas del Mirador, provincia de Buenos Aires
Teléfono: +5411 4699 0829
Mail: info@juanrzabala.com.ar
Proinex Argentina
Amancio Alcorta 1278, Villa Adelina - Buenos Aires,
Argentina
TEL/FAX:
+54 011 4763 2363 / 4763 9308/ 4700 1993
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