Siempre recuerdo
con gran cariño las navidades de mi niñez, en la casita de Hurlingham, la
expectativa iba creciendo, los preparativos de la mesa, adornos, panes
navideños, pero lo más hermoso era la mañana del día 25, correr a buscar los
regalos, abrirlos, que alegría la de mis hermanos y la mía.
La Biblia, que es
la palabra de Dios nos muestra una primera noche de Navidad totalmente atípica
a la de mi niñez, que es el encuentro de ángeles y pastores, simples seres
humanos con magníficos seres celestiales, cada uno cumpliendo su rol. Los
pastores realizando su trabajo, cuidar sus rebaños y los ángeles cumpliendo un
misión anunciar una noticia que conmovería al mundo a través de todas las
edades y sacudiría en esa noche oriental a esos hombres (pastores) que a partir
de ese momento ya no serian los mismos.
“Había pastores en la misma
región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño” (San
Lucas 2:8)
Ese es el
propósito del evangelio de la buena noticia transformar a aquellas personas que
escuchan el mensaje de la palabra de Dios, estos hombres del texto bíblico
seguían siendo pastores, pero este mensaje nuevo los había cambiado por
completo, ya nunca más serian los mismos. Abandonaron sus tareas que los
obligaba a cuidar sus rebaños y partieron en búsqueda del “salvador que es
Cristo el Señor” es decir escucharon la palabra dada por los ángeles. La Biblia
dice que, “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”
(Romanos 10:17). Al ir en búsqueda del salvador, los pastores obraron en fe,
quiere decir que creyeron en el mensaje dado por Dios a sus santos ángeles.
“Y he aquí, se les presentó
un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron
gran temor.” (San Lucas 2:9)
Imaginemos por un
instante a nosotros en esta situación por un momento: ahí estamos, con nuestro
trabajo respectivo, yo soy diseñador gráfico, tal vez usted sea administrativo,
abogado, contador, ama de casa, en fin…se presentan ante nosotros un grupo de
ángeles que nos hablan que en algún lugar remoto nació un salvador ¿Qué
haríamos? Tal vez el miedo se apoderaría de nosotros, pero la decisión que
tomemos cambiara nuestras vidas radicalmente para siempre, si seguimos la
orden de ir a la ciudad de Belén a conocer al Salvador que es Cristo el Señor.
“Pero el ángel les dijo: No
temáis; porque he aquí les doy nuevas de gran gozo, que será para todo el
pueblo;” (San Lucas 2:10)
Este mundo que
vivimos esta en un momento crucial convulsionado, y más que nunca está
necesitando escuchar este mensaje antiguo pero actual, que es el primer mensaje
de navidad, el que dieron estos ángeles de Dios a los pastores, es el mismo
mensaje que se repite en diferentes iglesias de distintas denominaciones, que
no ha perdido por el transcurso del tiempo su vigencia. Seguramente usted
también al leer esta pequeña reflexión necesitaba escuchar el mensaje
transformador que ocurrió hace más de dos mil años en la pequeña aldea de Belén,
pero tenga presente que esa misma buena nueva de gran gozo puede alcanzar su
vida hoy, este Señor y Salvador es para usted, hágalo suyo, escuche lo que dice
la Biblia: “que os ha nacido hoy, en la
ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” (San Lucas 2:11). El ya nació, ahora es necesario que usted le conozca como Cristo el Señor "A fin de conocerle, y el poder de su resurreción, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte” (Filipenses 3:10)
No tenga miedo
haga esta oración leyéndola en voz alta: Amado Dios, acepto a Cristo, ahora mismo como
único y exclusivo Salvador de mi alma. Te acepto Jesús, públicamente; no me
avergüenzo de ti; perdona mis pecados. Entra a mi corazón. Cambia mi vida.
Lávame en tu sangre, y ayúdame a que persevere, firme en tu camino, firme en la
Iglesia. Que sea lleno del Espíritu Santo. Escribe mi nombre en el Libro de la
Vida. Te amo, Jesús. Gracias Jesús, creo en ti y soy salvo ahora. Tu sangre
limpió mis pecados. Amen.
¡Dios le
Bendiga! Y Feliz Navidad.
Leoveoytecuento
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