Para mediados de 1947, segundo año del primer gobierno de
Juan Domingo Perón, hacía ya más de medio siglo que en el Norte de Argentina,
se había impuesto el régimen de colonias aborígenes (antes llamadas
reducciones). Estas colonias eran fundamentales para el sistema de control de
la población originaria sobreviviente del genocidio iniciado cuatrocientos años
antes por los conquistadores españoles. Eran una versión renovada de las
antiguas reducciones religiosas y estatales, y concentraban a miles de personas
de distintos pueblos que el Estado argentino sometía al trabajo esclavo para
satisfacer las necesidades de ingenios, algodonales y obrajes.
El Ministerio del Interior era el organismo de gobierno que
velaba por el buen funcionamiento del régimen de colonias. La policía y la
Gendarmería Nacional, tenían a cargo el disciplinamiento y la represión. En
1947 los Pilagá que habían sobrevivido a sucesivas campañas de exterminio
estaban siendo desplazados a tierras áridas o inundables. Aislados, y con su
territorio reducido, no tenían otra salida que buscar trabajo en las
industrias.
En octubre del 1947, en La Bomba , un paraje cercano a Las
Lomitas, se cree que unos dos mil Pilagá se habían reunido para recibir de boca
del carismático Tonkiet (Luciano) la noticia sobre un Nuevo Dios escrita en un
libro hasta entonces desconocido para ellos: La Biblia. Las danzas y los
tambores se mezclaron con los himnos bíblicos y resonaron durante muchas
noches, y en el regimiento 18 de Gendarmería, distante a sólo un kilómetro del
paraje comenzó a gestarse la represión planificada y ordenada por el Estado. La
indisciplina tenía que cesar, la gente debía ser encerrada en un espacio
controlado para ser enviada a trabajar. Aquella expresión de libertad cultural
y religiosa podía ser contagiosa y el escarmiento no tardó en llegar. El día 10
de octubre, al caer la tarde, la Gendarmería Nacional apuntó sus armas contra
la multitudinaria reunión, fusilando a cientos de personas. De acuerdo a los
testimonios de los sobrevivientes, la matanza se extendió varios días. Después
de los fusilamientos del día 10, se iniciaron las persecuciones de testigos a
través de los montes, las mujeres sufrieron violaciones y hubo más
fusilamientos en las comunidades cercanas. Muchos niños murieron por las
heridas de bala.
Muchos ancianos y murieron vencidos por el cansancio y la sed,
acorralados por las tropas que patrullaban el acceso a los arroyos. Los
cadáveres no pudieron ser sepultados y continúan desaparecidos. Los
sobrevivientes recuerdan las capturas y el encierro final. ¿Cómo pudieron
ocultarse estos hechos durante tanto tiempo?
Durante más de sesenta años el pueblo Pilagá no tuvo
oportunidad de contar lo sucedido, el terror fue sembrado con éxito, y también
la mentira. Algunos historiadores, antropólogos y medios de comunicación
hicieron su aporte para cubrir estos crímenes con un manto de silencio. Sin
embargo la memoria de los sobrevivientes permaneció en espera de ser escuchada.
En el año 2006 la masacre de La Bomba da lugar a una demanda
contra el Estado Nacional, de características inéditas en el derecho argentino,
fundada en los principios jurídicos de la imprescriptibilidad de los crímenes
de lesa humanidad. El juez federal Mario Bruno Quinteros ordena que un forense
trabaje en la búsqueda de restos humanos y los sobrevivientes inician junto a
él la búsqueda de sus familiares desaparecidos. Este es el punto de partida
para una lucha largamente demorada: la de la búsqueda de la verdad en la que
deberán embarcarse las generaciones presentes y futuras.
Octubre Pilagá, relatos sobre el silencio revela hechos
deliberadamente ocultos, sin ser una película sobre el pasado, sino un vehículo
para entender el presente. Está hecha de retazos de memorias personales que dan
cuenta de una historia que urge conocer y asumir: la del genocidio de los
pueblos originarios de la Argentina.
Guión: Valeria Mapelman.
Producción: Georgina Barreiro y Valeria Mapelman
MÚSICA ORIGINAL: soundtrack
Composición: Marcelo Mapelman.
CINEMATOGRAFÍA / FOTOGRAFÍA: Valeria Mapelman.
ESTUDIOS Y PRODUCCIONES ASOCIADAS
Este film de Valeria Mapelman fue producido y/o financiado
por Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales y Valeria Mapelman.
Duración: 80 minutos
Datos y
contactos
Nota de la redacción: recomendamos comprar la película,
porque con ese dinero la productora vuelve a la comunidad en Formosa y les
provee los materiales que el pueblo necesita, ejemplo: alambrado, chapas, ladrillos,
cemento, cal, arena. Difundir este video o solicitar a octubre pilaga la
proyección del mismo.
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