La impunidad le pregunta al silencio qué quiere comer hoy.
El silencio no responde, obviamente. La impunidad insiste, perdura, perfora,
pero no recibe respuesta. El silencio la mira a los ojos y se va.
La impunidad le pregunta al perdón qué quiere comer hoy. El
perdón miente, dice cosas que no existen, se clava como puñal. La impunidad
insiste, perdura, perfora, pero no recibe respuesta. El perdón la mira a los
ojos y se va.
La impunidad le pregunta a la mentira qué quiere comer hoy.
La mentira la confunde, la marea, la engaña. La impunidad insiste, perdura,
perfora, pero no recibe respuesta. La mentira la mira a los ojos y se va.
La impunidad le pregunta al olvido qué quiere comer hoy. El
olvido mira para atrás y llora. La impunidad insiste, perdura, perfora, pero no
recibe respuesta. El olvido la mira a los ojos y se va.
La impunidad no sabe qué hacer, porque el silencio, el
perdón, la mentira y el olvido no le responden. Ya no están sobre la vereda, en
la escuela, en vivo y en directo por televisión.
La impunidad está desconcertada: ¿dónde quedó el imperio de
la injusticia plena? ¿Dónde se guardó acumulada la basura de la historia?
Como si fuera posible, nos estamos sacando las astillas de
la impunidad, nos estamos sacando –suavemente- las esquirlas de lo injusto.
Queda todo abierto a saber qué comían el silencio, el perdón, el olvido y la
mentira: ¿quiénes eran los que los alimentaban? ¿Quiénes eran las caras de esa
impunidad que iba a darles de comer, pretendiéndole darles eternidad?
Empezamos a sentir Memoria, Verdad y Justicia. Hay cuerpos
empezando a saber de qué se trata todo eso, cómo se siente el abrazo después de
usar todo el aire para declarar la verdad ante los jueces y los genocidas, cómo
se siente imaginar las rejas delante de las caras de los verdugos.
La impunidad es un daño con nombres y apellidos. Es un dolor
provocado por quienes prefieren callar y negociar por sobre las víctimas. No
les importan ni los vivos ni los muertos. No les importa el futuro ni la
Patria.
La impunidad es un vacío, un viento fuerte que puede
derribar. Pero pudimos mantenernos firmes y salir. Acá estamos, buscando más
victorias, diciendo siempre que la impunidad no es eterna y que la justicia
tiene que dejar de ser algo que se conquista para ser algo que se merece.
H.I.J.O.S. Capital, La lucha que nos parió, viernes
19/7/2013 (se emite los viernes a las 17:00 horas por LA TRIBU 88.7 FM).
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