“Esta canción de Santidad se
encuentra en la sección “Llamado a la santidad” de nuestro
cancionero. La primera estrofa traducida libremente del inglés
presenta dos preguntas sobre la santidad:
Dime cómo puro quedar
Ante Cristo que todo lo ve;
Dime cómo mi alma sanar
O escapar del pecado que odié.
¿Cómo lograré libertad
De este lazo vil en que caí?
¿Cómo gozaré santidad
Si el pecado es dueño de mí?
Esta canción refleja la batalla que
muchos de nosotros enfrentamos, como Pablo lo expresa en Romanos 7:
“Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo. De hecho, no
hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Y si hago lo que
no quiero, ya no soy yo quien lo hace sino el pecado que habita en
mí”. Es una batalla que no podemos ganar por nuestros propios
medios, necesitamos experimentar la limpieza que sólo viene de Dios,
la bendición de un corazón limpio.
El coro, copiado de otro himno
usando la misma melodía, le pide al Señor lo siguiente:
Hazme puro aquí, hazme puro aquí;
Lávame, te ruego, Señor;
Tu sangre vertiste por mí.
En la versión original en inglés,
el coro dice:
“Más blanco que la nieve, más
blanco que la
nieve, lávame en la sangre del
Cordero, y seré
más blanco que la nieve”,
haciendo referencia
a la Escritura en el Salmo 51:7:
“Lávame, y
quedaré más blanco que la nieve”.
El himno original, “Bendita
fuente”, fue escrito por Eden R. Latta, y su tema fue salvación y
restauración para el que sufriera una recaída, con la posibilidad
de que fuera lavado y quedara más blanco que la nieve. La melodía
fue escrita por Henry S. Perkins. La misma melodía y las palabras
del coro original fueron usadas en esta canción más nueva.
De acuerdo al Companion to the Song
Book del Ejército de Salvación compilado por Gordon Taylor, las dos
primeras estrofas fueron escritas por George Scott Railton, y
aparecieron por primera vez en el libro Songs of the Nations,
publicado para el Congreso Internacional en Londres en 1886. Más
tarde la canción fue incluida de forma anónima en el War Cry
(británico) del 23 de enero de 1892 con la tercera estrofa. En el
Bandsman and Songster del 25 de julio de 1936, el entonces Mayor
Samson Hodges de Estados Unidos dijo que su padre, Samuel Horatio
Hodges, era el autor de la canción, pero eso parece haber sido un
error, a no ser que él haya escrito la tercera estrofa, ya que las
dos primeras ya habían sido atribuidas a Railton.
La segunda estrofa de la canción
continúa para darnos la respuesta a las preguntas de la primera:
Cristo, ten de mí compasión,
De mi culpa, ven hoy, líbrame,
Oye mi humilde oración,
Con tu luz, oh, Señor, guíame.
¡Oh! Jesús, amor sin igual,
Tu limpieza no me has de negar;
Dame tu poder celestial
Y podré la victoria alcanzar.
Esta estrofa se refiere al pasaje de
Lucas 18, en la parábola del fariseo y el publicano, en la que el
recaudador de impuestos dice (en el versículo 13): “¡Oh Dios, ten
compasión de mí, que soy pecador!” y el versículo de 1 Juan 1:7
que dice: “Pero si vivimos en la luz, así como él está en la
luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo
Jesucristo nos limpia de todo pecado”. Es una promesa que el Señor
no sólo tendrá compasión de nosotros cuando confesemos nuestros
pecados, sino que ¡puede limpiarnos de todo pecado! ¡Podemos
obtener la victoria a través de Jesucristo nuestro Señor!
La última estrofa muestra que
Cristo puede morar en cada uno de nosotros y que podemos disfrutar Su
amistad, compañerismo y poder, y que puede hacernos felices al
caminar en Sus pasos, luego de habernos purificado, lavando nuestro
pecado en la sangre que vertió por cada uno de nosotros:
Sé que Tú me habrás de mostrar,
Lo que ciego, yo no pude ver;
Desde ahora en mí morarás,
Tal cual eres, Señor, quiero ser.
Tu amistad así gozaré,
Tu poder ven hoy a revelar
Y tu dulce rostro veré,
En tus sendas contento al andar.
La Mayora Elizabeth Roby es la
Asesora para el Desarrollo de los Recursos Hispanos en el Cuartel
Territorial de Nueva York. Bajo el título “Tesoros olvidados”
ella ha preparado una serie de artículos, en la que presenta
interesante información sobre algunas de las canciones que han
definido la obra del Ejército de Salvación”.
Aquellas personas que deseen conocer
más de la obra del Ejército de Salvación o bien disfrutar de su
música pueden hacerlo concurriendo al templo del Ejército de
Salvación ubicado en Av. Rivadavia 3257, Buenos Aires, Argentina, el
último domingo de cada mes, a las 10 horas, la entrada es libre y
gratuita, ellos lo estarán esperando con la cordialidad y amabilidad
que los caracteriza.
Datos y contactos:
Artículo publicado por
Buenas Noticias – Volumen 15, número 4, página 3, Sección
“Noticias de Inspiración” TESOROS OLVIDADOS.
Web Site:
http://www.armyconnections.org/Recursos/Tesoros/Vol15Num4_DimeComoPuroQuedar.pdf
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