A LAS MADRES DE MAYO. Ismael Serrano
Te busca, madre, mientras su cuerpo es mecido
por el mar en el que se sumerge dormido.
Sueña tu abrazo, busca recuerdos
a los que aferrarse para no conciliar el sueño.
El mar se inquieta, es tempestad, es lamento.
Quien pudo lanzar mis ángeles desde el cielo
y oye tus gritos, blancos pañuelos
cubren sus aguas, los trajo el viento,
manda una ola para que se lleve
a los traidores que sembraron tanta muerte.
Barcos y náufragos, oyen sus voces.
Les dicen: "Nunca, nunca olvides
nuestros nombres.
Dile a las madres que en algún lado,
donde hace falta, seguimos luchando".
Madre, tu hijo no ha desaparecido.
Madre que yo lo encontré andando contigo,
lo veo en tus ojos, lo oigo en tu boca,
y en cada gesto tuyo me nombra,
lo veo en mis luchas y me acompaña
entre las llamas de cada nueva batalla,
guían mis manos, sus manos fuertes
hacia el futuro,
hasta la victoria siempre,
guían mis manos, sus manos fuertes
hacia el futuro,
hasta la victoria siempre.
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