Básicamente trata sobre
entrevistas realizadas al ex represor Jorge Rafael Videla por este periodista,
de donde surgió la idea del libro, pero no a modo de pregunta respuesta, sino
pos elaboración del autor. Editor, además,
de la revista Fortuna y autor del best seller Operación Traviata y de
Operación Primicia, quien mantuvo veinte
horas de entrevistas con Videla entre octubre de 2011 y marzo de 2012 en Campo
de Mayo. Cuenta su experiencia a el diario El Tribuno.
Disposición final, nombre
del título escogido, es el nombre de entrecasa usado por los militares para las
cosas que ya no sirven como un par de botas o un par de subversivos, en el
libro aclara que en aquellas listas, que si existieron en su poder, ponían al
costado de cada nombre, PEN (preso del Ejecutivo Nacional) o DP
(disposición final).
No es una entrevista a modo
de preguntas y respuestas, sino desmenuzada y evocada según momentos que el
autor decide destacar.
A manera personal puedo
señalar dos cosas que me produjo este libro: en principio un rechazo, angustia
ante la impasividad de este hombre, frío y descarnado en su relato, que supo
ser un mandatario calculador en los años
más cruentos de la dictadura argentina.
Parece no movérsele un pelo
cuando dice que era necesario matarlos porque ¿que iban a hacer sino con tantos
subversivos? no podían enjuiciarlos, seria un escándalo. Como así tampoco
podían meterlos en las prisiones federales porque excedían en número, por eso
encontraron la veta de “desaparecerlos” muy a su manera.
Y el otro punto que me llamo
la atención es su rigor de entrenamiento físico, el cual tuvo en cuenta a la
hora de ir a la cárcel, pidiéndose una caminadora. Mismo entrenamiento físico
que también consideraban las victimas de su régimen. Dos visiones idénticas
sobre el cuerpo, como arma, como punta de resistencia visto de dos extremos totalmente
opuestos.
Si se tiene el coraje, pero
sobre todo la necesidad de informarse, léase con gusto.
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